domingo, 16 de noviembre de 2014

TTIP (II):PP, PSOE, UPyD y CiU unidos a favor de un tratado negociado en secreto entre la UE y EE.UU.



por attac.es


Los cuatro partidos apoyaron el tratado de comercio que la Comisión Europea negocia en secreto con EE.UU.· CiU votó en contra de hacer un referéndum sobre el tema con PP, PSOE y UPyD · Artur Mas negó en el Parlamento conocer las negociaciones a pesar de que días antes CiU las había apoyado en el Congreso · Los medios de comunicación catalanes y españoles han ocultado el pacto que beneficiará a Ferrovial, ACS y al Banco de Santander.


El día que CiU, PP, PSOE y UPyD se unieron para evitar que la ciudadanía pudiera decidir sobre su futuro económico, ningún periódico hizo mención en su portada y la noticia tampoco abrió ningún telediario. Pero los hechos son reales, tuvieron lugar el 6 de mayo de 2014 y ahora os explicaremos las enormes consecuencias que puede tener. Y cuando decimos “enormes” hablamos del mayor ataque a la democracia que se haya vivido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Si piensas que es una exageración, lee este texto hasta el final.







El 25 de junio de 2014 David Fernández abría el melón en el Parlamento y preguntaba a Artur Mas sobre algo llamado “TTIP”, un tratado de comercio que la Comisión Europea negocia con Estados Unidos rodeada de un secretismo denunciado por cientos de organizaciones de todo el mundo. Dirigiéndose a al Presidente, el diputado de la CUP dijo:


- Nos gustaría abrir un debate sobre uno de los aspectos más escondidos, silenciados y amordazados de la coyuntura europea que es el Tratado Transatlántico de Libre Comercio (TTIP por sus siglas en inglés) que anula la democracia (…) Desde esta perspectiva de secuestro y ataque a la soberanía política y económica, nos gustaría saber cuál es el posicionamiento del Presidente y por extensión del Gobierno respecto al futuro tratado.

A lo que Artur Mas respondió:


- Señor Fernández, usted mismo decía que muchas de las cosas que se deben de estar hablando no están al alcance público y le tengo que decir que tampoco están al alcance de este Gobierno …

Pero Artur Mas mentía a David Fernández porque pocas semanas antes, en el Congreso CiU se unía a PP, PSOE y UPyD para defender el TTIP, el tratado de libre comercio entre Europa y EEUU. Consciente de este hecho Fernández replicó:


- Señor Presidente … la respuesta es aún más inquietante que la pregunta …

Efectivamente, es preocupante que Artur Mas diga en el Parlamento que la información sobre el TTIP “no está al alcance” del Gobierno cuando su partido, unos días antes se unió al PP, al PSOE ya UPyD para impedir que se hiciera un referéndum sobre el tema, tal como pedía el grupo de Izquierda Plural (IU, ICV y CHA). Es preocupante que Mas diga que no tiene información cuando días antes, el Congreso de los diputados, el representante de CiU, Jordi Xuclà, defendía el TTIP abiertamente:


- El TTIP es seguramente una de las mejores iniciativas del presidente Obama mirando a Europa. Es un acuerdo ganador-ganador en el fortalecimiento del libre comercio en el mundo libre …

A su vez, en el mismo debate, el diputado de UPyD, Alvaro Anchuelo compartía con Xuclà su entusiasmo por el TTIP:


- Hay importantes sectores en los que España es competitiva y pueden mejorar sus intercambios con el TTIP.

¿A qué sectores se refiere Anchuelo? Al pequeños comercios? Los autónomos? Veámoslo:


- Podrán mejorar sus intercambios empresas de obras públicas, infraestructuras, o transporte aéreo o servicios financieros donde España tiene importantes multinacionales …

El representante del PSOE, Félix Lavilla dejó clara la postura de su partido:


- Nosotros decimos “si” al TTIP. Los socialistas tenemos una posición clara porque beneficia a nuestro país, beneficia a la UE … Este tratado tiene un potencial enorme para crear empleo y generar crecimiento en Europa.

Finalmente, la diputada del PP, María Miguélez, lo deja claro:


- El TTIP es una de las cosas más importantes que comercialmente le sucederá en España. Nosotros creemos en la capacidad de las empresas españolas que están construyendo el metro de Lima o la nueva terminal del aeropuerto de Heathrow …

Otra vez la defensa del TTIP tiene como beneficiarias las grandes empresas. El metro de Lima lo construyen dos “empresas españolas”: FCC y ASC, la empresa deFlorentino Pérez. La ampliación del aeropuerto de Heathrow la hace Ferrovial, empresa implicada en el escándalo de financiación de CiU en el Palau de la Música. Pero seguimos adelante con la defensa del acuerdo que hace la diputada del PP:


- Haremos todo lo que esté en nuestra mano para que el acuerdo se firme lo antes posible porque creemos que es bueno para España …

Estas alabanzas del TTIP en el Congreso, sin embargo, no son el resultado de que estos partidos quisieran explicar a la población sus beneficios. Estas que hemos leído son las respuestas a una moción presentada por el grupo Izquierda Plural (IU, ICV y CHA) en la que se pedía, entre otras cosas, que la aprobación del TTIP fuera sometida a referéndum. Ante esta petición CiU, PP, PSOE y UPyD votaron en contra de hacer este referéndum.


La primera pregunta que hay que hacerse ante esto es: ¿cómo es que si el TTIP generará tanta riqueza y empleo, sus defensores llevan las negociaciones en secreto? Y también hay que preguntarse: ¿Cómo es que los partidos que defienden el TTIP no hacen ruedas de prensa explicando a la ciudadanía el proyecto? ¿Cómo es que ningún partido intenta atribuirse el mérito de su aprobación? Y por último: ¿cómo es que los medios de comunicación no explican casi nada al respecto? Si, según dice el PP “este acuerdo es una de las cosas más importantes que le pasará a España” porque todo el mundo calla y sólo dan explicaciones cuando una moción en contra los obliga a hacerlo?

Julian Assange, fundador de Wikileaks apunta una respuesta: “Los gobiernos tienen pánico que la ciudadanía hable de este tratado”. ¿Por qué tanto pánico? ¿Por qué tanto secretismo? Veamos los detalles de lo que muchos consideran el mayor ataque a la democracia europea desde la Segunda Guerra Mundial.

El TTIP (versión oficial)

Empecemos por el principio. La Comisión Europea explica en su web que el TTIP es “un tratado de comercio que se está negociando con los Estados Unidos (EEUU) con el objetivo de “eliminar los obstáculos comerciales para facilitar la compraventa de bienes y servicios entre la UE y los EEUU”. Para conseguir este objetivo el TTIP propone eliminar la “regulación innecesaria” y las “barreras burocráticas”. Según la Comisión Europea si se eliminan estas “reglas innecesarias” la economía europea podrá crecer 119.000M€ cada año y generar millones de puestos de trabajo.

Antes de continuar con el TTIP, sin embargo, es necesario ver quién es la “Comisión Europea” que hace estas promesas. La Comisión Europea es el equipo de gobierno de la UE y actualmente está integrado por miembros del PP y los socialistas europeos, que después de las elecciones, pactaron para gobernar Europa. Haciendo un paralelismo a nivel local, la Comisión Europea es como un gobierno de España integrado por PP-PSOE. El presidente de la Comisión Europea es Jean Claude Juncker, del PP europeo.

Explico esto porque se tiende a ver la Comisión Europea como un órgano neutro cuando no lo es y porque es importante saber que quien impulsa el TTIP es un gobierno integrado por el PP y los homólogos europeos del PSOE.


Ahora sí, volvamos al TTIP. La Comisión Europa propone “eliminar la regulación innecesaria”. Pero a qué “regulaciones innecesarias” se refiere? Normalmente pone el siguiente ejemplo: “Un coche fabricado en la UE tiene que pasar los controles de seguridad de la UE. Pero aunque la UE haya dado por bueno, el coche tendrá que volver a pasar controles de seguridad en los EE.UU., a pesar de que la normativa de seguridad es similar”, lo que encarece el producto. La propuesta de un mismo procedimiento sirva para EEUU y para la UE tiene mucho sentido. Pero el TTIP va mucho más allá de la seguridad de los coches y se extiende a toda la regulación: alimentos, medio ambiente, productos químicos y todo lo que aprueban los parlamentos toda Europa.

Entonces con el TTIP una prohibición contra el fracking aprobada por el Parlamento de Cataluña podría ser calificada como una “barrera burocrática” y ser abolida? Un salario mínimo podría ser considerado una “regla innecesaria” que podría ser obviada? Los contrarios al TTIP creen que sí y hablan abiertamente de “ataque a la democracia”. Pero hasta qué punto está justificada esta apreciación? Veámoslo.

¿Quién está detrás el nacimiento del TTIP?

La organización Corporate Europe –dedicada al estudio de las interacciones entre empresas y parlamentarios europeos– bautizó el TTIP como “la constitución de las multinacionales”. Si miramos quienes son sus “padres fundadores” esta definición no es descabellada.

Uno de los primeros rastros del TTIP lo encontramos en 1995 en Sevilla cuando se celebró una reunión bajo el título “Diálogos Empresariales Transatlánticos”. La reunión estaba convocada por el Secretario de Comercio estadounidense y el vicepresidente de la Comisión Europea. Entre los invitados a estos “diálogos” estaban los representantes de Goldman Sachs, BP, Ford, Xerox, Phillips, Repsol y el fabricante de armamento Dresser Industries. El objetivo de la reunión era “posibilitar que los líderes empresariales de ambos lados del Atlántico identifiquen las claves sobre el comercio entre Europa y EEUU” y “indicar los pasos que se deberían seguir para reducir el costo de hacer negocios “. Es decir: los empresarios se reunieron para decirle a la UE ya los EE.UU. lo que tenían que hacer en materia comercial.


Desde entonces los “líderes empresariales” no han dejado de presionar a los gobiernos de EEUU y la UE para “indicar los pasos” y luchar contra las “reglas innecesarias”. Después de años y millones de euros invertidos en lobby, en 2011 Barack Obama, Angela Merkel y el entonces presidente de la Comisión Europa, Durao Barroso, crean un ente llamado “Grupo de Alto Nivel sobre Empleo y Crecimiento”. El objetivo de este grupo es “examinar a fondo las oportunidades” de hacer un tratado de comercio entre EEUU y la UE. Finalmente, en febrero de 2013, este “grupo de alto nivel” recomienda a la UE y EEUU iniciaron las negociaciones del TTIP.

Cómo se negocia el TTIP?

Tanto EEUU como la UE han designado un representante suyo para llevar las negociaciones. El “negociador jefe” en nombre de los EE.UU. es Daniel Mullaney y el de la UE es Ignacio García Bercero. Las negociaciones sobre el TTIP se realizan, como veremos, en decenas de reuniones en ambos lados del Atlántico, pero la parte más visible de estas negociaciones son las “rondas de negociación”. La primera “ronda” tuvo lugar en Washington el 7 de julio de 2013 y hasta el día de hoy se han celebrado 7 rondas, la última el 3 de octubre en Maryland (EE.UU.).

¿Quién participa en estas “Rondas de negociación”?

Una de las primeras reacciones de diversos sectores de la sociedad -tanto en la UE como en EEUU- fue poner el foco en la opacidad con la que se empezaron a llevar a cabo las “negociaciones” y las “rondas”.

En Europa uno de los primeros que pidió información concreta fue Corporate Europe Observatory quien a finales de 2013 pidió a la Comisión Europea la lista de los participantes en las conversaciones preparatorias de las negociaciones del TTIP.


Tras varias negativas la Comisión Europea se vio obligada a dar una lista con las 130 reuniones que habían tenido lugar hasta el momento. Según la información de la propia Comisión Europea, de las 130 encuentros, 119 (un 93%) fueron entre miembros de los gobiernos y grandes multinacionales: Morgan Stanley, General Motors, British Telecom, Met Life, Ford, Nokia o la British Bankers Association , entre otras.

Las negociaciones del TTIP también incluyen varios “grupos asesores”. Según Corporate Europe estos “grupos asesores” están “dominados por la industria”. Un hecho que reconocen los mismos grupos industriales, que se han mostrado satisfechos que los “grupos asesores” hayan adoptado “una perspectiva empresarial” y que “hablen un lenguaje empresarial”. En el otro costa del Atlántico las cosas son similares. Según el observatorio Public Citizen, que lleva 40 años trabajando en el Congreso de EE.UU., el 84% de los “asesores” en las negociaciones del TTIP en EEUU representan a la gran industria, donde encontramos la farmacéutica Abbot, el gigante agroalimentario Cargill o los fondos de inversión Capital Partners.

30 años de opacidad

Cuando Corporate Europe hizo pública la lista donde se veía que los participantes en las negociaciones eran básicamente grandes grupos multinacionales, los negociadores de EEUU se pusieron nerviosos y pidieron explicaciones a la parte europea sobre la “confidencialidad” de las negociaciones. Para tranquilizarlos el negociador europeo, García Bercero, envió una carta a su homólogo norteamericano Daniel Mullany. En la carta, con fecha de 5 de julio de 2014, Bercero informaba a los norteamericanos que “todos los documentos relacionados con las negociaciones estarían cerrados al público durante 30 años”. Esto incluye, incluso, a los diputados del Parlamento Europeo ya que, según Bercero, los documentos sobre las negociaciones del TTIP quedarían fuera de la Regla 1049/2001 que establece que todos los documentos de las instituciones europeas deben ser públicos. Todos excepto los del TTIP, porque tendremos que esperar 30 años …

¿Pero es bueno para la nuestra economía?


Pero quién puede preocuparse de la opacidad cuando estamos ante un boom económico que generará millones de puestos de trabajo? Según la Comisión Europea (recordemos, gobernada por los homólogos europeos de PP y PSOE) el TTIP generará “unos ingresos extra de 545€ por hogar” en toda Europa y más de un millón de puestos de trabajo, con un incremento anual del PBI de un 0,5%. Estas cifras están contenidas en un estudio realizado por la Comisión Europea que tenía como objetivo “aportar información sobre la conveniencia de abrir las negociaciones sobre el TTIP”.

Pero este informe no convence a todos. Por un lado, y con respecto al hipotético beneficio de 545€ por hogar, el economista Dean Baker, del Centro para la Investigación en Política y Economía, publicaba en el diario The Guardian: “que en realidad no se podía esperar más de 50€ al año por hogar”… Y eso teniendo en cuenta que los beneficios se repartan de manera homogénea: beneficiará el TTIP por igual a un empleado de un McDonalds que a un ejecutivo de la banca de inversión? Baker lo duda.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Manchester y experto en tratados de comercio, Clive George, pone en cuestión estos datos: “En primer lugar, estas previsiones responden al escenario más optimista de los tres que recoge el documento. En segundo lugar se obvia que, de confirmarse, estos resultados tardarán 10 años en ser operativos, según reconoce el mismo informe”. Así, el incremento quedaría “no en un 0,5% sino en un 0,05% anual repartido en 10 años en el mejor de los casos”.


Pero si las ganancias esperadas son tan escasos, qué interés tienen los impulsores del TTIP? Según Clive George la ganancia está en la desregulación que permitirá que las empresas privadas se hagan con los servicios públicos europeos. Así lo explica Michael Hudson, de la Universidad de Missouri: “La UE y EEUU se encuentran inmersos en un escenario post-burbuja en el que ya no pueden ganar dinero prestando dinero” y por ello “han elegido convertirse en rentistas neo -feudals con la intención de comprar carreteras para poner peajes”, un ejemplo que se hace extensivo a todo el sistema público europeo, incluyendo “escuelas, cárceles y hospitales”.

En este sentido un artículo del diario británico The Independent advertía que con el TTIP “los servicios públicos están en primera línea de fuego ya que uno de los principales intereses del TTIP es permitir a las empresas de EE.UU. hacerse con los servicios públicos europeos”. Una amenaza bastante real como para que el gobierno escocés, presidido por Alex Salmond, haya exigido al gobierno de Londres que “proteja el sistema público de salud de la amenaza del TTIP” ante la amenaza que “gran compañías sanitarias de EEUU se hagan con el servicio público de salud “.

La propaganda del TTIP

Como hemos visto antes, el TTIP está en fase de negociación y las disputas a su alrededor parecen de carácter estrictamente ideológico. Así, por un lado tenemos una coalición PP-PSOE a la europea que augura un boom económico y por otro, un creciente número de opiniones que advierten de los peligros del TTIP.

Ante este escenario, puede ser útil ver los resultados que han dado otros tratados similares, como por ejemplo el NAFTA, el tratado del libre comercio entre Canadá, EEUU y México, en el que se inspira el TTIP.

Las promesas del NAFTA

El NAFTA se aprobó en 1994 y fue presentado a los habitantes de los países participantes como una “oportunidad histórica”. Veinte años después, sin embargo, la realidad es muy diferente a lo que se prometió.

En un estudio publicado por el Center for Economic and Policy Research (CEPR) con sede en Washington, el impacto del NAFTA en México es indiscutiblemente negativo. El subdirector del CEPR y profesor de economía de la Universidad de Michigan, Mark Weisbrot fue claro: “el tratado fue un terrible error considerando cualquier indicador económico y social”

En EEUU el impacto del NAFTA tampoco es muy alentador. Con motivo del 20 aniversario del NAFTA el influyente diario digital The Huffington Post titualava: “La economía de EEUU ha perdido 700.000 puestos de trabajo a causa del NAFTA”. En este sentido el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz escribía en The New York Times en 2006 una columna titulada “Promesas incumplidas” donde analizaba el impacto del NAFTA: “Libre comercio no implica crecimiento”. E iba más allá: “El NAFTA no ha cumplido las fervientes expectativas de sus defensores”. Según Noam Chomsky, del Massachusetts Institute of Tecnology “el NAFTA ha profundizado en las desigualdades y ha sido un mecanismo para transferir una enorme cantidad de riqueza desde las clases bajas y medias hacia las cuentas bancarias del 1%”. Según Stiglitz esto obedece a que “el NAFTA ocultaba una serie de nuevos derechos para las empresas, que debilitan la democracia en toda América del Norte”. Si, habéis leído bien: “una serie de nuevos derechos para las empresas, que debilitan la democracia en toda América del Norte”.

El fin de la democracia


La afirmación de Stiglitz se materializa en una cláusula del TTIP llamada ISDS (las iniciales de Investor-State Dispute Settlement), un instrumento que permite que las multinacionales pongan demandas contra las decisiones de los estados. Según la Comisión Europea el objetivo de la ISDS es “encontrar un equilibrio entre el derecho de los Estados a regular y la necesidad de proteger a los inversores”. La idea es que si un inversor considera que una ley de un parlamento democrático perjudica sus intereses, pueda recurrir a una instancia superior que haga de mediador entre el estado y el inversor.

Pero para ello no existen los sistemas legales de cada país? La Comisión Europea lo vuelve a dejar claro: “El hecho de que un país cuente con un sistema jurídico sólido no siempre garantiza que los inversores extranjeros estén protegidos adecuadamente” y por eso el ISDS “garantiza a los inversores un foro al que acudir cuando quieran reclamar una indemnización”. Se puede decir más claro? Si, Markus Beyries lo hizo.

Markus Beyries es director de European Bussines, una federación de patronales europeas donde encontramos la CEOE y a las ceoes de cada estado europeo. Beyries alabó el TTIP diciendo que “las diferencias regulatorias deben ser eliminadas”, haciendo referencia a las “reglas innecesarias” de las que hablaba la Comisión Europea. Pero Beyries va más allá y completa su frase: “debemos prevenir que surjan regulaciones nuevas”.

Esta frase de Beyries implica un salto cualitativo. Ya no estamos hablando de modificar “regulación innecesaria” para “evitar la burocracia”. De lo que estamos hablando es de impedir que los parlamentos democráticos hagan nuevas leyes. Y el ISDS es la herramienta que permite al TTIP acabar con la democracia.

El ISDS ya está en funcionamiento en otros tratados de comercio que ya están en vigor y que están siendo utilizados contra las decisiones de los parlamentos democráticos. Vemos 3 ejemplos recogidos por el investigador John Hilary:

1) La compañía energética sueca Vattenfall reclama al gobierno alemán 3.700 millones de euros por su decisión de abandonar gradualmente la producción de energía nuclear a raíz del desastre de Fukushima.

2) En uno de los múltiples casos de ISDS presentados contra Canadá después de la entrada en vigor del NAFTA, este país fue obligado a revocar su prohibición sobre el aditivo para combustible MMT bajo presiones de la compañía estadounidense Ethyl .

3) La tabacalera estadounidense Philip Morris reclama al gobierno australiano miles de millones de dólares como indemnización por tomar una medida política en materia de salud pública que obliga a vender los cigarrillos en paquetes sin publicidad.

Como se puede ver, no estamos hablando de pequeños países del tercer mundo. Estamos hablando de que las grandes multinacionales detienen la acción de los parlamentos de grandes y supuestamente poderosos países. Pero gracias al ISDS estos parlamentos quedan supeditados a este tipo de “justicia para multinacionales”, con tribunales estrechamente ligados a estas mismas multinacionales y donde, curiosamente, los estado no pueden demandar las multinacionales.

¿Qué podemos hacer?

En 1993, pocos días antes de la firma del tract NAFTA Noam Chomsky escribió: “Los tratados de libre comercio anulan los derechos de los trabajadores, de los consumidores y de las futuras generaciones (…) reduciendo la democracia a sus formas más vacías para que la voluntad de los dueños se pueda llevar a cabo sin ninguna interferencia “.

El pasado 17 de marzo de 2014, Susan George comenzó su conferencia sobre el TTIP en Bilbao diciendo: “Hoy os daré muchas noticias malas, pero empezaré con una buena: ganaremos esta batalla y para ello debemos usar el estrategia del vampiro: sacar a la luz estas negociaciones para matar a su plan “.

La buena noticia es que la presión popular puede detener el TTIP. La presión popular está haciendo que gobiernos de varios países europeos empiecen a ver peligrar sus expectativas electorales debido a su apoyo al TTIP. Como hemos visto antes, las negociaciones del TTIP están llevando a cabo de espaldas al Parlamento Europeo y la Comisión ha negado incluso que este parlamento pueda tener capacidad de intervención en las negociaciones. Así la votación sobre el TTIP el Parlamento Europeo no será debatida sino que los grupos sólo podrán elegir entre votar a favor o en contra. No se podrán hacer enmiendas ni se podrán debatir puntos concretos. Actualmente el Parlamento Europeo está dominado por el PP Europeo y por los socialistas europeos pero como decimos, las presiones domésticas podrían hacer que la unidad a favor del TTIP se rompiera ya que el Parlamento Europeo no hay “disciplina de voto”. Otra brecha que se abre para detener la aprobación del TTIP es que uno de los estado de la UE se niegue a aprobarlo, lo que provocaría su paralización. En todos estos escenarios, la movilización ciudadana, la presión política y la toma de conciencia sobre lo que significa el TTIP serán herramientas imprescindibles. En la columna de la izquierda os facilitamos las fuentes utilizadas en la elaboración de este trabajo así como un listado de organizaciones implicadas en esta lucha. Esperamos que os sea útil.





Pocas horas antes de cerrar la presente edición saltaba la noticia: el presidente de la Comisión Europea,Jean Claude Juncker -del PP europeo- firmó un pacto secreto con 340 multinacionales con el objetivo de que estas pagaran sólo un 2% de impuestos. Juncker, ferviente defensor del TTIP, se enfrenta ahora a una grave crisis que podría afectar su presidencia y a las mismas negociaciones del tratado europeo.

La noticia saltaba este viernes 7 de noviembre después de que el Consorcio Internacional de Periodistasfiltrara más de 28.000 documentos que demuestran que Juncker, en su etapa como primer ministro de Luxemburgo, firmó acuerdos secretos para permitir eludir millones de euros en impuestos. Entre las empresas implicadas encontramos a Apple, Amazon, Ikea, Burberry, el Deutsche Bank y Pepsi. En total 340 empresas.

El diario digital el diario.es explica que “la investigación, llamada Luxembourg Leaks o LuxLeaks y en la que participaron periodistas de 26 países, ha tenido acceso a 28.000 páginas de documentos que demuestran cómo las grandes empresas” se apoyaban en Luxemburgo y en las sus leyes fiscales flexibles, pero también en las deficiencias de la reglamentación internacional para transferir “a este país” sus beneficios a fin de que no fueran objeto de impuestos, o al menos muy débilmente”, es decir, con tipos inferiores a la 1%, según publica el diario francés Le Monde, que participa en la iniciativa junto al británico The Guardian, el alemánSüddeutsche Zeitung, el japonés Ashahi Shimbun o el español El Confidencial.

Los acuerdos contaron con la colaboración de PricewaterhouseCoopers (PwC), una de las ‘Big Four’ (cuatro firmas de auditoría y consultoría del mundo), que diseñaba complejas estrategias financieras que comprendían préstamos de las matrices luxemburguesas a las filiales de otros países y otras estructuras para transferir beneficios de una parte de la empresa a otra para reducir o suprimir totalmente los ingresos sujetos al pago de impuestos.

En clave catalana, hay que recordar que PwC es la misma empresa que está asesorando al Gobierno de la Generalitat para sacar adelante el proyecto Visc+ con el que se pretende vender datos de los historiales médicos de los usuarios de la sanidad pública a empresas privadas.

El escándalo, que está haciendo temblar a la política europea, ha sido portada en periódicos de todo el mundo. En España, ni El País, ni El Mundo, ni el ABC lo llevaban en portada. Los diarios económicos El Economista y Expansión dedicaban este viernes su portada a las preocupaciones de las agencias de rating raíz del ascenso de Podemos pero se dejan el ‘Caso Juncker’.

3 puntos básicos y una advertencia final · Per Àngels M. Castells (Economista)

1) Someter la política a la economía privada, destruye también la posibilidad de que la sociedad se dote de servicios públicos y de políticas más igualitarias. Las grandes multinacionales que dictan los tratados a los estados no están ni por la igualdad de oportunidades ni por una redistribución de la renta más equitativa, sino por mercantilizar los bienes y servicios más básicos, privando el acceso a los mismos a una parte cada vez más grande de la ciudadanía.

2) Los Tratados abarcan lo fundamental de nuestras actividades y necesidades: empleo, transporte, comunicación, datos incluso de nuestras historias clínicas, servicios legales, subvenciones, educación, salud, residuos, agua, distribución de energía y comercio digital , y puede también implicar una mayor desregulación de unos mercados financieros descontrolados y hipertróficos.

3) Pretenden marcar el no retorno del control ciudadano y la política sobre sectores fundamentales para el desarrollo humano, impidiendo una sociedad con una democracia real. En este sentido, el TISA contiene cláusulas que vetan la posibilidad de recuperar o regular de nuevo un sector que ya haya sido liberalizado.

Alerta!

La democracia está en peligro porque con estos tratados la ciudadanía ya no puede decidir nada realmente importante y, mucho menos, la regulación de los grandes poderes económicos. No sólo la posibilidad de hacer políticas de corte socialdemócrata se convierte en un imposible, sino que la aceleración de las desigualdades entra en una dinámica suicida … tal y como ya está sucediendo. Porque mientras se negocian los tratados ya los están imponiendo y han comenzado a ser una cruda, difícil y autoritaria realidad. Su germinación en nuestra sociedad, a costa de nuestros servicios públicos, nuestros derechos y nuestras condiciones laborales, ya está costando desarraigo, precariedad, violencia, salud y vidas humanas.

Hay que ponerse de pie y luchar. Por nuestra democracia y para nuestra salud.
Algunos enlaces para saber más sobre el TTIP:

Este es el vídeo que hemos hecho sobre el TTIP.

(Actualmente con cerca de 400.000 visitas entre la versión en castellano y la versión en catalán. Envíalo a tus contactos!)



Organizaciones contra el TTIP:

· Campanya No al TTIP

· ATTAC España

· Amigos de la Tierra

· Manifiesto No al TTIP

· Firmantes del manifiesto No al TTIP

Artículos sobre el TTIP:

· Para saber más del TTIP (y combatirlo mejor) (Àngels M. Castells)

· TTIP y CETA: tratados de comercio devastadores para el empleo y la economía (eldiario.es)

· Análisis desde la Sanidad de la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) (Punts de Vista)

· 50 preguntas y respuestas sobre el Tratado de Libre Comercio (Alberto Garzón y Desiderios Cansino)

· Wikileaks sigue desvelando secretos del TIPP y el poder de la industria farmacéutica (Àngels M. Castells)

· Wikileaks confirma que la UE planea entregar los servicios a las multinacionales (Diagonal)

· 7 preguntas sobre el TTIP cuya respuesta deberías conocer (eldiario.es)

· El riesgo de incluir un mecanismo de solución de controversias inversores-estados en las negociaciones de un Tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (Amigos de la Tierra)

· Tractat de lliure comerç entre EUA i UE [CAT] (Vicenç Navarro)