lunes, 4 de noviembre de 2013

No podemos pensar, no debemos pensar

Nos espían.
Vaya novedad. Ahora nos rasgamos las vestiduras porque un listillo auto exilado en Rusia lo dice.
No hace falta que exista Snowden, o su puta madre para saber cómo va este sistema.
Con Echelon no paso nada. Y ahí sigue, mejorando con el tiempo como el vino. Aunque puede que se avinagre.
A quienes espían? Parece que  a todo el mundo. Sobre todo a la gente. A la gente común: El pueblo.
El Pueblo que ha elegido a sus dirigentes que a su vez eligen que se les siga, persiga, y se les espíe.

Viene de lejos, que en época de guerra la información del "enemigo" es fundamental como ventaja  táctica , y muchas veces estratégica.

La guerra fría, como se llamaba, fue el paradigma de guerra de espionaje. No quedó en nada. Bueno sí, quedó en que la URSS y el bloque soviético cayó. El comunismo cedió todo el terreno al animal capitalismo. Misma cara de la misma moneda.

Más bien, la información, y la contrainformación sirvieron a los amos de las mismas para sus objetivos no tan claros. Aunque ahora sí.
Ni un misil nuclear. Ni una mínima batalla directa entre los ejércitos más poderosos de esa época tuvo lugar.
Nunca hubo cojones.
Nunca se atrevieron a pelearse cara a cara.
El famoso equilibrio estratégico no era tal. Da la sensación que nadie las tenía todas consigo. Nadie tenía claro si podía o no podía.
La guerra real se transformó en guerra irreal. En guerra de información. En propaganda.
Las campañas de la primera y segunda guerra mundial, fueron clave.
El resto es historia.

La guerra fría vuelve. Esta vez el enemigo es otro. Ganó el capital. Rusia es una potencia a tener en cuenta, pero en sí, no es el peligro. Ni siquiera los chinos.

El peligro está en casa.
El sistema actual se basa en que la gente se crea todo y trague con todo.
Si ese engranaje se frena, el sistema se para y se derrumba. Obvio decir que los banqueros y el gran capital lo saben.

Redundante decir que los gobiernos sin soberanía están plegados a ese sistema, sean del color que sean.
Cuando han caído ya las mascaras, y el populacho llama con nombres y apellidos a los culpables de sus miserias, no queda más que sacar la mano dura. La REPRESIÓN.

Y esa represión no se puede ejercer eficazmente sin información.
Por eso todas las agencias van de la mano. Todas se cruzan datos. Por eso funcionan al unísono como una orquesta. Son todos para uno, y uno para todos.
El peligro está dentro. Porque lo defiera está controlado.

Es increíble, pero es así. El único enemigo real actualmente es la gente normal.
El terrorismo famoso, sobre todo el islámico, es una falacia. Está controlado. Está organizado. Y está financiado por los mismos que quieren controlar la situación.
Y la situación indica que a pesar de la guerras, a pesar de sembrar la democracia a base de bombas y muertos, la gente no se cree nada.
Pues vamos a espiarles para saber qué piensan. No vamos a espiar a los terroristas: esos están controlados y pagados por nosotros. Están a sueldo. Pero la gente?
No, la gente no. La gente piensa( a veces). Ese es el peligro real.

NO PODEMOS PENSAR. NO DEBEMOS PENSAR.