viernes, 26 de abril de 2013

Cuando el sur emerge: la caída del neoliberalismo

Cuando una crísis del estado posibilita que un bloque social disidente movilice la gente hacia un nuevo proyecto político.

por Pepe Escobar


No es descabellado imaginar al Ángel de la Historia de Walter Benjamin sucumbiendo a la tentación, y recalcando que por fin ha llegado la hora del Sur Global.

Será un camino largo, arduo y peligroso. Pero si la generación de Google/Facebook necesitara solo un libro de texto detallando la materia de los sueños, ensayos y tribulaciones del mundo en desarrollo a principios del Siglo XXI, sería este, el recién publicado libro de Vijay Prashad The Poorer Nations: A Possible History of the Global South [Las naciones más pobres: una posible historia del Sur Global].

Llamémoslo el seguimiento postmoderno, digital, del clásico de Frant Fanon Los condenados de la tierra.

Es un libro absolutamente esencial a leer junto a otro delicioso, escrito por un asiático global, From the Ruins of Empire: The Revolt Against the West and the Remaking of Asia [De las ruinas del imperio: la revuelta contra Occidente y la remodelación de Asia] de Pankaj Mishra, que utiliza personajes clave como Jamal al-Din al-Afghani, Liang Qichao y Rabindranath Tagore para contar una historia extraordinaria.

Prashad, director de estudios internacionales de Trinity College, Connecticut, y autor del espléndido Las naciones oscuras, que debería leerse como un preámbulo de este libro, contextualiza desde el principio –utilizando la necesaria cita de Fanon; en 1961, lo que estaba configurado era una lucha entre el Proyecto Tercer Mundo (“porla paz, el pan y la justicia”) y el Proyecto Atlántico. Actores claves: el Movimiento de No-Alineados (MNA), el secretariado de facto del Proyecto Tercer Mundo y el Grupo de 77 naciones en desarrollo, creado en 1964 para actuar por cuenta del MNA en las Naciones Unidas.

Los fundadores del MNA gozaban de un estatus icónico en el mundo poscolonial: Jawaharlal Nehru en India, Gamal Abdel Nasser en Egipto, Sukarno en Indonesia, Josip Broz Tito en Yugoslavia. Pero sabían que era una batalla difícil. Como señala Prashad, “La ONU había sido secuestrada por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El FMI [Fondo Monetario Internacional] y el Banco Mundial habían sido capturados por las potencias Atlánticas y el GATT [Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio], precursor de la Organización Mundial de Comercio] se estableció para socavar cualquier intento de las nuevas naciones de revisar el orden económico internacional”.

En cuanto al Proyecto Atlántico, bastaría una cita de 1969 de Henry Kissinger, codestructor de Camboya, facilitador del dictador chileno Augusto Pinochet, disgustado aliado saudí (los “más débiles de carácter y cobardes de los árabes”) y elogiador-en-jefe del Shah de Irán (“un tipo duro, malvado”): “Nada importante puede provenir del Sur. El eje de la historia comienza en Moscú, pasa por Bonn, cruza Washington y luego va a Tokio. Lo que sucede en el Sur carece de importancia”.

Los atlantistas se opusieron ferozmente al Proyecto Tercer Mundo “carente de importancia”, pero también a la socialdemocracia y al comunismo. Su Santo Grial era disfrutar de beneficios fáciles suministrados por una nueva geografía global de producción, “cambios tecnológicos que posibilitaron que las empresas aprovecharan tasas de salario diferenciales”, sobre todo esos salarios mínimos pagados en todo el Este de Asia.

De modo que la escena se preparó para la emergencia del neoliberalismo. Aquí Prashad se mueve en paralelo con el indispensable David Harvey, detallando como llegó el Sur Global a la madurez y a la plena (re)explotación; adiós, ideas de bien colectivo de liberación nacional.

¡Fuera los bárbaros!

En circunstancias en las que el FMI forma actualmente parte de la troika que dicta austeridad a la mayor parte de Europa Occidental (junto a la Comisión Europea y el Banco Central Europeo), es fácil olvidar que en 1944 las cosas ya estaban bastante distorsionadas. El mundo en desarrollo no tuvo absolutamente nada que decir en Bretton Woods, por no hablar de algún tipo de control sobre el Consejo de Seguridad de cinco miembros de la ONU. Fue el silencio de los inocentes; los lobos prevalecieron y la desigualdad se grabó en piedra.

Prashad prosigue con los indispensables detalles de como se convirtió el dólar estadounidense en la efectiva divisa mundial, y EE.UU. cambiaba globalmente el precio del dólar sin preocuparse de las consecuencias; la formación del Grupo de Siete fue esencialmente un mecanismo contra el mundo en desarrollo (y no antisoviético); y por cierto la tan temida Comisión Trilateral establecida por David Rockefeller del Chase Manhattan para imponer la voluntad del Norte sobre el Sur.

¿Y quién habrá sido el arquitecto intelectual de la Trilateral? El inefable Zbigniew Brzezinski, posteriormente consiglieri de Jimmy Carter. El doctor Zbig quería “contener la contagiosa amenaza de anarquía global”. Dividir para gobernar, de nuevo; había que poner en su sitio a la periferia.

A propósito, no hay que olvidar jamás que en su epopeya de 1997 El gran tablero mundial, el doctor Zbig, que se convirtió en el consejero de política exterior de Barack Obama en 2008, escribió “Los tres grandes imperativos de la geoestrategia imperial son impedir la colusión y mantener la dependencia de la seguridad entre los vasallos, mantener dóciles y protegidos a los tributarios e impedir que los bárbaros se unan”. Durante mucho tiempo se contuvo a los “vasallos” fácilmente; pero el doctor Zbig, un paso más allá de Kissinger, ya estaba planeando la manera de contener a los dos “bárbaros” principales, las emergentes potencias eurasiáticas Rusia y China.



En todo caso el Grupo de Siete fue un éxito estruendoso, imponiendo su “teoría de gobernanza” por doquier, implementada por –¿quién si no?– la mafia de Bretton Woods. Prashad lo define: “Lo que llamaban neoliberalismo era menos una doctrina económica coherente que una campaña bastante directa de las clases adineradas para mantener y restaurar su posición de dominación”, a través de la “acumulación por desposeimiento” acuñada por David Harvey, conocida también ahora por millones de europeos con el nombre en clave de “austeridad”.

Las cifras lo dicen todo. En 1981, el flujo neto de capital al Tercer Mundo fue de 35.200 millones de dólares. En 1987, 30.700 millones partieron del Tercer Mundo hacia bancos occidentales. ¡Aleluya! y su ley grabada en piedra, también conocida como Ajuste Estructural, basada en “condicionalidad” (privatización salvaje, desregulación, destrucción de servicios sociales, “liberalización” financiera).

Parafraseando a Dylan, cuando no tienes nada todavía tienes nada que perder. Nunca hubo alguna estrategia política del Norte para encarar la crisis de la deuda de los años 80. A los inocentes del Sur Global solo se les permitió marchar en una lamentable procesión para recibir uno a uno la hostia consagrada del ajuste estructural.

Pero eso todavía no fue suficiente. Con la caída de la URSS, Washington quedó libre para desarrollar la Dominación de Espectro Completo. A los que no obedecieron se les calificó de “Estados canallas”, como es el caso de Cuba, Irán, Irak, Libia, Corea del Norte e incluso, durante un período, Malasia (porque no cedía ante el FMI).

Pero entonces, lento pero seguro, el Sur Global comenzó a emerger. Prashad detalla los motivos, el auge de los commodities impulsado por China; los beneficios de los commodities que mejoraron las finanzas latinoamericanas; más inversión directa extranjera en todo el mundo. El Sur Global comenzó a comerciar más consigo mismo.

Entonces, en junio de 2003, al margen de la reunión del Grupo de Ocho en Evian, Francia, emergió algo llamado IBSA (Diálogo India-Brasil-Sudáfrica). El IBSA estaba interesado en “maximizar los beneficios de la globalización” y promover un crecimiento económico sostenible. El ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, lo definió entonces como “una ideología en el mejor sentido de la palabra, una ideología de democracia, diversidad, tolerancia, búsqueda de cooperación”.

Al mismo tiempo, China estaba en pleno auge. Es esencial recordar al respecto a todos el desventurado viaje de noviembre de 1978 de Deng Xiaoping a Singapur, donde fue recibido por Lee Kuan Yew; Prashad podría haber construido todo un capítulo sobre el tema. Fue el acto decisivo. Deng supo de inmediato que podía aprovechar las guanxi (“conexiones”) de la diáspora china a más no poder. Nunca olvidaré mi primera visita a Shenzhen solo un mes después del legendario Tour del Sur de Deng en enero de 1992. Fue cuando comenzó realmente el boom. En esos días, sentí que estaba principalmente hasta el cuello en China maoísta.

Avancemos rápidamente a la ayuda actual de China al desarrollo de África. Vastas áreas del mundo en desarrollo no considerarían adoptar ciegamente un zhongguo moshi, el Modelo Chino. Es más bien como la introducción de Prashad de esta maravillosa cita de Donald Kaberuka, exministro de finanzas de Ruanda y actual presidente del Banco de Desarrollo Africano: “Podemos aprender [de los chinos] cómo organizar nuestra política comercial para pasar del estatus de bajos a medianos ingresos, cómo educar a nuestros hijos en oficios y áreas que ofrecen resultados en solo un par de años”.

Y llegamos a los BRICS

Lo que nos lleva a los BRICS, creados como grupo en 2009 de la unión BRIC-IBSA, que es ahora la principal locomotora del Sur Global.

Para entonces, inevitablemente, culpar a China ya se había convertido en un arte establecido en Washington; es imperativo que los chinos se conviertan en consumidores. Lo son y lo serán, pero a su propio ritmo y siguiendo su propio modelo político.

Hasta el FMI admite ya que en 2016 EE.UU. puede dejar de ser la mayor economía del mundo. Por lo tanto el gran Fernand Braudel tenía razón cuando escribió La perspectiva mundial, recalcando que sería la “señal del otoño” de la hegemonía atlántica.

Por cierto hay inmensos problemas en el BRICS, como detalla Prashad. Sus políticas interiores ciertamente pueden interpretarse como una especie de “neoliberalismo con características sureñas”. Están lejos de ser una alternativa ideológica al neoliberalismo. No han sido capaces de contrarrestar la abrumadora hegemonía militar de EE.UU. y de la OTAN (véase, por ejemplo, el fiasco libio). Y no constituyen el embrión de un cambio revolucionario del orden mundial.

Pero por lo menos están “permitiendo un poco de aire fresco para oxigenar el mundo estancado del imperialismo neoliberal”.

El aire fresco circulará en forma de un nuevo banco de desarrollo, una versión de los BRICS del Banco del Sur suramericano, fundado en 2009 (esta es la visión crítica de Prashad. China y Brasil han establecido un acuerdo de cambio de moneda de 30.000 millones de dólares para pagar el comercio, sorteando el dólar de EE.UU. Pekín y Moscú están profundizando su sociedad estratégica). (Vea Los BRICS rompen sus cadenas , Rebelión, 28 de marzo de 2013).

Los BRICS tal como aparecen, tres importantes productores de commodities más dos importantes consumidores de commodities que tratan de encontrar la salida al desastre dirigido por Occidente, son solo un comienzo. Ya se están desarrollando como un importante protagonista geopolítico que destaca la multipolaridad. Es posible que se les sumen los próximos BRICS, los MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía). Y no hay que olvidar a Irán. ¿Es hora del BRICS MIIST?

Lo que es gráficamente obvio es que el Sur Global ya está harto de los estragos del casino turbo-capitalista de la OTAN actuando como Robocop desde el Norte de África al Sudoeste Asiático, por no mencionar Eurasia rodeada por esa quimera del Doctor Insólito, un escudo de misiles.

El Sur Global todavía está cargado de absurdos; basta pensar en las petromonarquías del CCG del petróleo y del gas –esos paragones de la “democracia”– configurados ahora como un anexo a la OTAN. Pocos eventos recientes han sido tan abrumadores como la Liga Árabe lamiendo las botas de sus amos de la OTAN, rompiendo el derecho internacional para instalar a los marrulleros “rebeldes” sirios en el escaño de un Estado soberano, uno de sus propios miembros fundadores.

Escenas extrañas dentro de la mina de oro

La caída del neoliberalismo será sangrienta y tomará tiempo. Prashad intenta un análisis objetivo en términos de la unidad del Sur Global, basándose en el trabajo del marxista indio Prabhat Patnaik.

Patnaik es un colega acertado. Sabe que “no se vislumbra en el horizonte una resistencia global coordinada”. En su lugar, “destaca la centralidad de la construcción de la resistencia dentro del Estado-nación y su análisis se puede ampliar fácilmente a las regiones (escribe principalmente sobre India, pero su análisis es igualmente aplicable a los experimentos bolivarianos en Latinoamérica)”.

Por lo tanto la hoja de ruta significa encarar la “cuestión campesina”, que tiene que ver esencialmente con tierra y derechos; y concentrarse en las luchas inmediatas por la mejora de las condiciones de vida y trabajo de la gente. Inevitablemente, Prashad se tiene que referirse al vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, uno de los máximos intelectuales contemporáneos de Latinoamérica.

En muchos aspectos, la emancipación del Sur Global está más avanzada en algunas partes de Suramérica; me impresioné inmensamente cuando estuve en Bolivia a principios de 2008. Prashad resume nítidamente el análisis de Linera de cómo se desarrolla el proceso:

Comienza con una crisis del Estado que posibilita que un “bloque social disidente” movilice a la gente hacia un proyecto político. Se desarrolla un “catastrófico punto muerto” entre el bloque del poder y el bloque del pueblo, que en el caso de Latinoamérica pudo ser resuelto por el momento por el lado del pueblo. Entonces el nuevo gobierno tiene que convertir las demandas de la oposición en actos de Estado” y construir una hegemonía más profunda y más amplia “combinando las ideas de la sociedad movilizada con recursos materiales suministrados por el Estado o por medio de él”. El punto de bifurcación, para García Linera, ocurre mediante una “serie de enfrentamientos” entre los bloques que se resuelven de maneras inesperadas, a través de la consolidación de la nueva situación o la reconstitución de la antigua. Nos encontramos cerca o en el punto de bifurcación. Es imposible predecir qué será lo próximo.

Lo que definitivamente saben ahora las mejores mentes de Asia, África y Latinoamérica, es que nunca existió el "fin de la historia" que repetían como papagayos los patéticos huérfanos de Hegel; y que nunca existió el "fin de la geografía" que repetían como papagayos los imbéciles del “mundo es plano” de la globalización. Por fin tiene lugar la liberación intelectual del Sur Global respecto al Norte. Y es irreversible. No hay retorno al antiguo orden. Si esto fuera una película, sería 1968 reproducido enteramente, a tiempo completo, todo el tiempo; seamos realistas y exijamos, e implementemos, lo imposible.

Mucha niebla en Boston

Parece que somos tontos.
Para la prensa atlantista, los políticos y sus mafias lo somos, y nos tratan como tal.
Para cubrir sus mentiras tienen que sacarse otras mil de la chistera para cubrir agujeros que no pueden tapar.
Ya no.
Ya no pueden seguir mintiendo y engañando. Eso sí, intentarlo lo intentan pero ya no cuela.
La más gorda, digamos reciente, la colaron a muchos y aún hay discusiones sobre ella: el 11/S( añadiendo, los 11/M de Madrid, y los de Lonres, vamos, los de la foto de la azores).
Pero tengo la sensación de que hay un despertar generalizado sobre la manipulación mediática.

Como ya dije aquí  y aquí nos engañan como niños, con juegos de malabares y mucho humo.
Humo que no te deja ver. Humo que impide que se vean los detalles.
Eso es de cine.

Desde el primer momento, con lo de Boston, me llamó la atención la humareda blanca. Parecía niebla espesa.
Ahora, resulta que había un aviso de simulacro de bomba.


La explosión se produjo a las 14:49 en el mismo sitio: dos horas más tarde.

Qué casualidades no?
Recuerdo que en el 11/S había un simulacro de mucho más calado, en el cual había un "scramble" de todo el NORAD por un supuesto ataque terrorista con aviones civiles.
Será mi imaginación.

Cuando el humo no te deja ver, los inquietos quieren ver.
Parece que hay realmente cosas muy incongruentes en las bombas de Boston, que indicarían una puesta en escena de cine estilo americano.



Eran contratistas? Eran navy seals? Eran policías camuflados de alguno de los anteriores?
Con qué fin? Porqué?

Además un incendio se decalara en la biblioteca JFK.
Otra casualidad.

Desde entonces, parece que estados unidos está en el centro de los objetivos terroristas del mundo mundial.
La teoría del Shock es la que quieren aplicar, por si cuela, o se piensan que cuela.
Cartas con polvos, avisos de bomba, desalojos salvajes, edificios, aeropuertos donde sospechan de las bolsas de basura.
Nada tangible ni realmente terrorista.
Sólo la sensación.
Generar miedo, inseguridad, para que la gente lo demande. Que paguen el precio luego, pero por ahora, si eso no les da miedo, que lo tengan. Que tengan miedo. Que piensen que son vulnerables.
El resto lo hará el gobierno y sus secuaces y será pan comido.
Un poco de humo, algún muerto ( o muerto viviente), color rojo sangre, para que se sepa que hay sangre, aunque sea de caballo, o de cerdo.

Cuando en ese país se ha mezclado la ficción con la realidad, creo que esa gente no es capaz de discernir nada en esa niebla que les ciega.
Cuantas películas tiene que sacar Hollywood con temáticas similares para que cuando ocurra en una realidad-ficción la gente lo crea, se indigne y sienta miedo?

Pero....
Y el resto del mundo? Parece que de repente sólo existe Boston en el mundo mundial, y mucha gente no sabe ni donde esta ni siquiera lo que es una Maratón.
El resto del mundo sigue girando, y sigue con sus conflictos enquistados, mayormente generados por los mismos a los que les ponen unas bombas de película. Claro que la excusa es que es de fabricación casera, leído en internet etc...
Las declaraciones oficiales ni se sostienen, pero da igual.
Ganar tiempo? desviar la atención? justificar en el caos cosas que no tienen nada que ver?
Parece que ahora los Jefes de Boston( Obama) estudian atacar Siria, por que alguien dice que se han usado armas químicas.
A alguien le suena?
Las famosas WMD? Sí... las que tenía Irak.

Los tambores de guerra siguen sonando, y el dios de la guerra actual quiere otra víctima, tiene hambre, no está saciado.




lunes, 22 de abril de 2013

La Banca: más grande y más fuerte que antes de la crísis


por Cristina G. Bolinches

Entrevista con

Juan Hdez. Vigueras(attac España)

“Pedimos a Barack Obama que ordene una Comisión Presidencial encargada de acabar con la influencia que el dinero tiene sobre nuestros representantes en Washington”. Así, con una cita del movimiento Ocuppy Wall Street, Juan Hernández Vigueras, miembro del consejo científico Attac-España, inicia su último libro “Los lobbies financieros, tentáculos del poder”, editado por Clave intelectual. Grupos de presión que, a su juicio, han logrado evitar la regulación de un sistema financiero “inestable pero que les beneficia” y que no sirve a la economía real, “la que genera riqueza y trabajo”.
Entiendo que los lobbies en sí mismos no son ni buenos ni malos. De hecho usted comenta en el libro que las ONG también son un tipo de lobby.
Los lobbies forman parte de la democracia. Los estudiosos de este tema dicen que forman parte de la democracia industrial, en la que hay grupos que tratan de defender sus intereses, aunque el sistema se base en la celebración de elecciones. El problema está en la influencia que buscan este tipo de grupos sobre el poder establecido, sobre quién está en el Gobierno y en cuáles son los intereses que representan. Ahí es donde se diferencian unos y otros. El poder del lobby está en proporción directa a los recursos de que dispone y a la capacidad de presión que tiene. Los sindicatos y las ONG también son grupos de presión, igual que el movimiento Stop Desahucios, que ha tenido una gran influencia porque representa un poder social a través de las movilizaciones que ha conseguido.
¿Cómo ha conseguido el lobby financiero el poder que actualmente ejerce?
Por el fundamentalismo del mercado, que dice Joseph Stiglitz. La idea de la libertad absoluta que queda patente en la frase de Ronald Reagan: “La solución es el mercado y el Estado es el problema”. Un modelo que se ha aplicado especialmente en el sistema financiero a través de la innovación y la capacidad de inventar productos. Se ha creado un mercado muy complejo que el poder democrático no controla. Por ejemplo, cuando Bruselas tiene que regular el sistema financiero pide consejo a los mismos que lo han creado porque son los que de verdad lo conocen. Es como una pescadilla que se muerde la cola. Otro ejemplo, Barack Obama pidió en un discurso de 2010 que se restringieran las operaciones financieras de la banca pero llegó el momento de redactar la ley y los lobbies hicieron que saliera un documento de principios y de reglas generales. Es curioso pero el día que se aprobó esa ley, las acciones de la gran banca subieron. Se había regulado pero faltaban los detalles. A día de hoy no ha pasado nada de nada y no se han desarrollado los reglamentos. Ha habido una campaña enorme para conseguir que los principios de esa ley no se desarrollasen, incluso han llegado a ir a los tribunales para evitarlo.
Uno de los problemas que usted menciona es la “puerta giratoria”, el continuo trasvase de entre el sector público y el privado. ¿Es posible cambiar o restringir esta práctica?
La puerta giratoria es una de las claves de este tema. Claro que se podría regular, porque se puede regular todo mientras se crea en la democracia. De hecho, hay alguna regulación pero no se toma muy en serio y no se cumple. En mi opinión, uno de los casos más escandalosos es el de los comisarios europeos. Por ejemplo, el comisario Charlie McGreevy, que fue quien llevó a cabo la Directiva de liberalización de servicios, se pasó a la empresa privada y luego montó su propia firma de consultoría. La puerta giratoria es el gran problema pero nadie lo ve como tal sino como libertad de movimiento de las personas y hasta como fuente de enriquecimiento, tanto económico como intelectual.
¿Entonces cree que los lobbies financieros han logrado evitar una regulación que les pusiera nuevos límites?
Sí, está claro. El propio sistema que se ha creado les da ese poder. La banca hoy es mucho más grande y más fuerte que antes de la crisis.
¿Y la banca española también ha influido en la regulación?
España, desde el punto de vista financiero, es Europa. Hay que tener en cuenta que los mercados financieros son globales. No tiene sentido hablar de banca española porque ya no hay fronteras. Además, están los paraísos fiscales que demuestran que muchas veces uno tiene el dinero donde se lo esconden mejor. En España hay que destacar el oscurantismo, por ejemplo, en el tema de los desahucios donde se sabe que ha habido contactos de la gran banca tanto con Rajoy como Rubalcaba. Puede que hayan sido conversaciones informales pero los resultados son evidentes. Está claro que la banca española ha abusado de las cláusulas de las hipotecas y, sin embargo, no ha habido respuesta oficial.
¿Influye que partidos políticos necesiten financiación de la banca?
Claro, sin duda alguna. En Estados Unidos, los lobbies se apoyan en la puerta giratoria y en las campañas electorales. Al menos, allí hay una regulación que hace que los lobbies formen parte del sistema, aunque el mayor conocimiento de la realidad ha llevado actualmente a un mayor nivel de crítica. Sin embargo, aquí, en España, la banca no financia las campañas sino a los propios partidos políticos. Yo envidio que en EE UU, si vas a ver a un congresista, tienen que registrarlo; aquí vas a comer con un diputado y nadie lo sabe. Al no haber regulación, difícilmente puede haber conocimiento de ello. Se ve en la Ley de Transparencia, que va lenta porque a nadie le interesa.
Entonces, ¿no es sencillo poner cara y nombre a los lobbies financieros?
Un ejemplo: si vienen a España, a La Moncloa, Josef Ackerman, como presidente del Instituto de Finanzas Internacionales o Charles Dallara, consejero de la misma institución, y dicen que tienen dudas sobre la regulación del banco malo o sobre el precio de esos activos invendibles, habrá quien diga que lo que quieren es asesorar al Gobierno. Pero también se puede pensar que esa institución representa los intereses del BBVA o del Santander y, en lugar de que los banqueros españoles vayan a La Moncloa, se influye a través de organizaciones que están por encima de estas entidades.
¿Cree que la regulación de los desahucios está más determinada por la posición ideológica del Partido Popular o por la presión que ha ejercido la banca?
Mi opinión personal es que por las dos cosas. Cuando tú tienes una determinada posición ideológica es más fácil entenderte con quien tiene una visión que se aproxima mucho a tu ideología. Si a eso le sumas los problemas financieros que tienes como partido político, como los hechos que vamos conociendo van demostrando, no parece que sea lo más adecuado ponerse gallito con la banca. Dicho de otra manera, eso demuestra la fragilidad del Gobierno actual. El problema de fondo, aunque no quiero meterme mucho en este tema, es que si el presidente del Gobierno dice que está haciendo cosas que no le gustan y que no querría hacer, si fuese honrado, ya habría dimitido. En una democracia, es lo mínimo que se puede pedir. Le hubiera dicho lo mismo a Zapatero. Si has sido elegido con un determinado mandato, si has cambiado de opinión, dimite, pide elecciones o convoca un referéndum. Pero la Democracia, en este aspecto, es muy endeble.
Inicia el libro con una cita de Ocuppy Wall Street. ¿Cree que este tipo de movimientos, como el 15-M, pueden lograr cambios?
Son movimientos diferentes. El hecho de ocupar Wall Street era un símbolo porque este movimiento tenía un objetivo muy claro, aunque lograr una fuerza social en Estados Unidos no es nada fácil. Aquí, sin embargo, el objetivo es mucho menos claro. Aunque en el 15-M había eslóganes muy bonitos, no estaba claro qué se estaba buscando, no había un discurso político claro y el tema financiero no se percibía. Pero es que en España no se tiene mucha conciencia de la importancia del tema financiero.
¿Y cree que hay algún tipo de solución? ¿Se puede al menos reducir la influencia de loslobbies, en este caso los financieros?
Se puede hacer creando conciencia crítica. Yo creo en los movimientos sociales, no en los que queman contenedores, porque eso es una tontería. Vuelvo al ejemplo de Stop Desahucios, que  lo ha hecho muy bien: ha demostrado una posición muy fundamentada y muy bien argumentada, aunque luego no haya conseguido lo que se proponía y ya sabemos por qué no lo ha conseguido. En este momento, falta conciencia crítica.

Gobernantes al servicio de los mercados

“Desde que las empresas se convirtieron en conglomerados o grupos empresariales con proyección global, los ahorradores y las familias que solían ser los accionistas mayoritarios fueron sustituidos por los grandes bancos y otras entidades inversoras como los nuevos propietarios que des daban un nuevo rumbo bajo directivos de nuevo cuño. (…) Un gestor que ignora los detalles del negocio. (…) De modo similar, los gobernantes que antes se regían por principios, ideas y valores políticos ahora se muestran capaces de administrar cualquier proyecto de Gobierno al servicio de los mercados financieros”. Ésta es una de las principales conclusiones de Juan Hernández Vigueras en el libro en el que desgrana la influencia de los lobbies financieros, que saldrán de la crisis, en su opinión, con una regulación aún más beneficiosa para sus intereses.
Pese a que el modelo de actuación de los grupos de presión funcione de diferente forma en Washington, Bruselas o en la City londinense, los objetivos son prácticamente los mismos. “Desde 1989 o 1990, en Europa se han ido eliminando los controles sobre la banca y la actividad financiera y no se ha creado ningún regulador”, asegura el doctor en Derecho y miembro de consejo científico de Attac-España. “Ahora quieren que el Banco Central Europeo controle las cuentas de los bancos a los que presta dinero porque la liquidez se ha dado a entidades que estaban en quiebra, no se han controlado las cuentas; ya es tarde para eso”, explica en la entrevista. Mientras, en Estados Unidos, entre 1998 y 2008, “los grandes bancos y las firmas financieras de Wall Street se gastaron [en actividades de lobby] 3.400 millones de dólares destinadas a impedir reformas legales que habrían podido prevenir la crisis financiera”, afirma en su libro.

La responsable de las desgracias del mundo: la "end bottom line"

por Alain Benajam

Divers auteurs cherchent à définir les responsables des malheurs du monde en citant tel ou tel groupe humain (franc-maçonnerie, juifs, etc.). C’est une erreur, montre Alain Benajam. Nous souffrons tous d’un système et c’est ce système qui doit être revu.


Suite à mon article sur « Les voies d’une Nouvelle Révolution Française » [1], de nombreux lecteurs m’ont demandé qui pouvaient être désignés responsables de l’impérialisme, impérialisme que je plaçais à la source des malheurs du monde. Beaucoup me sommaient d’y voir la main de quelques communautés ou sectes particulièrement maléfiques qui tireraient les ficelles de cette machinerie impérialiste.
Et bien non, il n’y a aucune secte, aucune communauté pour pousser le monde vers le gouffre ou il s’avance à grand pas. Nulles toges, nuls tabliers, nulles kabbales, nulles paroles sibyllines pour présider à l’impérialisme ; le véritable responsable est à chercher ailleurs et voici son nom : la « end bottom line » [2].
La « end bottom line », dans la langue de l’impérialisme, désigne la dernière ligne du bas d’un bilan de société. Cette ligne doit afficher le résultat du bilan et donc les bénéfices réalisés ou non au cours d’un exercice annuel. Une partie de ces bénéfices, après paiement des impôts et éventuellement recyclage dans la société même en investissements, est distribuée aux actionnaires. C’est un moyen, pour ceux qui ont investi du capital dans cette société, d’augmenter leur mise de départ, ou de la diminuer ou la perdre en cas de résultat négatif.
Ce système d’accumulation du capital est communément appelé capitalisme.
Structure d’un bilan de société
Conserver une « end bottom line  » positive n’est pas chose aisée pour le « manager » qui doit gérer la société. Celui-ci doit faire face à de nombreux obstacles pour la maintenir. On peut en relever un certain nombre ; leur description peut nous aider à comprendre les mécanismes qui peuvent affecter ce système et comprendre les moyens par lesquels chaque « manager  » peut palier chaque inconvénient qui surgit, et comment une tendance se dessine suite à l’ensemble additionné des moyens utilisés pour rendre positive cette fameuse « end bottom line ».
Parmi les forces qui s’opposent à cette « end bottom line » on peut citer les suivantes.
La concurrence est bien la première force destructrice de la ligne du bas.
Considérons une entreprise A produisant une marchandise quelconque M a un prix donné, prix abordable pour le consommateur et permettant de dégager un bénéfice au profit des actionnaires de A. Si une autre entreprise B produit la même marchandise M à un prix moins élevé, les consommateurs vont évidemment acheter la moins cher et l’entreprise A ne vendra plus rien ou considérablement moins.
Qu’elle devra être la réaction du dirigeant de l’entreprise A face à ce grave problème ?
D’abord la haine s’emparera de ce dirigeant et des actionnaires de A, haine de l’entreprise B qui cherche à les appauvrir et haine de cette concurrence indésirable.
Cette haine du dirigeant A sera d’autant plus vive que la conséquence de cette concurrence peut être le dépôt de bilan de sa société, et, pour lui, le chômage sans indemnité et le risque d’un plongeon dans la ruine et la pauvreté.
Que peut-il faire ? Il peut évidemment baisser son prix de vente et accepter de faire moins de bénéfices, mais il peut surtout chercher à produire la marchandise M avec un prix de revient moindre afin de retrouver une marge afin de concurrencer B et lui soustraire le marché.
Les dirigeants d’entreprises haissent la concurrence et préfèrent les monopoles.
Dans le bilan de l’entreprise A comme B figurent deux colonnes ; le passif, à droite, dont les montants vont se soustraire a ceux de la colonne d’actifs à gauche dans laquelle figure, principalement, le montant des ventes.
Dans la colonne de droite de passif, les postes les plus importants sont les achats des matières premières et des produits semi finis à transformer, et surtout les salaires avec les charges inhérentes qui y sont attachées. Il faut donc pour A diminuer le montant de la colonne passif de droite pour relancer les ventes et augmenter le montant de la colonne de gauche, actif.
La dernière ligne du bas ou « end bottom line » montre la différence entre la somme des montants figurant dans ces deux colonnes.
Pour produire moins cher A dispose de cinq solutions.
- 1. Augmenter la productivité, c’est à dire produire plus dans le même temps d’emploi des salariés, donc mécaniser, rationaliser et simplifier les gestes productifs (taylorisme, fordisme), ce qui équivaut a diminuer le nombre des salariés pour faire baisser la valeur de la marchandise.
- 2. Supprimer la concurrence :
• vendre de nouveaux produits, par l’innovation, en créant des marchandises qui seront momentanément sans concurrence ;
• monopoliser, étatiser, posséder des marchés protégés
- 3. Employer une main d’œuvre acceptant de plus bas salaires pour le même travail
- 4. S’approvisionner à moindre coût en matières premières et produits semi finis
- 5. Abandonner carrément la production de marchandises devenues non rentables et utiliser le capital pour spéculer sur le coût des matières premières. Pour cela il lu faut évidement disposer d’un montant important de capitaux.
Voici donc les principaux ennemis de la «  end bottom line » d’un bilan d’entreprise manufacturant des marchandises.
- 1. la concurrence
- 2. les salariés
- 3. le coût des matières premières.
- 4. enfin la marchandise elle-même dont la valeur s’écroule perpétuellement
Bien entendu, si A peut agir sur ces cinq solutions évoquées plus haut, l’entreprise B peut en faire autant. Ceci va définir les tendances qui vont affecter ce mode de production dit capitaliste et son évolution dans le temps.
Suite aux travaux des économistes libéraux du 18ème siècle et du début du 19ème siècle comme Adam Smith, David Ricardo et d’autres désignés comme « classiques », Karl Marx produisit un important ouvrage de description du mode de production capitaliste et de ses tendances, ouvrage intitulé Le Capital (Das Kapital dans la langue allemande dans laquelle il fut écrit) publié en 1867.

Les fondateurs de l’économie politique

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Adam Smith (1723 - 1790)
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David Ricardo (1772- 1823)
Ces tendances inéluctables comme la baisse de la valeur des marchandises, la baisse du taux de profit et l’appauvrissement (paupérisation) des producteurs, devaient selon Marx creuser la tombe du mode de production capitaliste dans un délai qu’il prévoyait très bref. Il n’en fut rien et ce mode perdure, pourquoi ?
Les travaux de Marx sont intéressants pour la compréhension du système mais incomplets, il n’avait pas prévu que ces tendances inquiétantes et néfastes allaient engendrer des réactions qui purent, durant certaines périodes, susciter l’apparition de contre tendances positives amenant un formidable essor de l’humanité.
Cependant, tendances néfastes et tendances positives, qui s’opposent en permanence dans ce que Marx a appelé la «  lutte des classes », voient l’une ou l’autre l’emporter momentanément et alternativement. Le résultat peu soit contredire Marx soit lui donner raison dans la description toujours négative qu’il fait du capitalisme.

Les tendances, les contre tendances et la résultante

- 1. L’augmentation de la productivité
Elle engendre d’abord une diminution du nombre des producteurs et incidemment une augmentation du chômage. Elle conduit également à l’abaissement de la valeur des marchandises et en corollaire son acquisition à moindre prix par une masse plus importante de consommateurs. Elle conduit aussi parfois à une augmentation considérable des ventes et donc de la production et du nombre de producteurs. Elle conduit également vers une sophistication accrue des moyens de production, donc de la technologie usuelle.
Elle peut conduire à une amélioration du niveau de vie, mais la baisse de la valeur atteint fatalement une limite au-delà de laquelle tout bénéfice devient impossible dans des conditions salariales données.
- 2. La suppression de la concurrence…
- 2. 1. … par la recherche de nouvelles marchandises innovantes
Ces nouvelles marchandises vont se trouver momentanément sans concurrence et bénéficier d’une valeur élevée jusqu’à ce qu’un concurrent soit en état de produire la même marchandise à un coût égal ou moindre. En 1990 un téléphone portable coûtait plus de 3 000 € et peu en avait ; aujourd’hui il est possible d’acheter un modèle pour 30 € et tout le monde en possède.
Cette tendance fut le moteur de l’innovation technique.
- 2.2. … par la monopolisation et l’étatisation
C’est ce que les communistes des années 70-80 ont appelé le capitalisme monopoliste d’État. Ici il s’agit d’une tendance lourde actuelle de l’évolution du grand capitalisme de production. Cette tendance conduit à chercher et obtenir des marchés protégés par l’État pour palier les énormes coûts d’investissement dans les moyens de production.
Les grandes industries issues d’un processus de concentration par éliminations successives des concurrents sont contraintes de s’accaparer l’usage de l’État au travers de leurs hommes afin de protéger leur marché. Aujourd’hui toutes les entreprises cotées en bourses du CAC40 sont liées plus ou moins à l’État et ne pourraient fonctionner sans lui.
C’est la banque, l’industrie de l’énergie, de la chimie et la pharmacie, des transports de la construction aéronautique, de l’automobile et surtout l’industrie de défense.
On assiste à une véritable symbiose entre l’État et les grandes entreprises, ses dirigeants passant du sommet de l’État à la direction de ces entreprises et vice versa. Cette monopolisation/étatisation va être à l’origine de l’impérialisme, ce que Lénine a appelé le « stade suprême du capitalisme ».
La contre tendance est la nationalisation d’entreprises ne pouvant se passer de l’État pour vivre. Bien entendu nationalisations et privatisations ont alterné en France en fonction de la puissance des forces politiques s’affrontant dans la lutte des classes.
Le grand capitalisme hait particulièrement le libéralisme il préfère monopoles et étatisation.
- 2.3. … par l’emploi d’une main d’œuvre acceptant des salaires moindres
Tout d’abord Marx n’avait pas prévu l’ampleur des luttes sociales qui sont menées dès la fin du 19ème siècle avec l’émergence des syndicats ouvriers. Ceux-ci parvinrent à obtenir satisfaction sur nombre de revendications, à obtenir le décret de lois sociales avec des salaires minimums, des congés payés, la sécurité sociale et autres. Ces luttes et ces lois permirent l’augmentation des salaires et des niveaux de vie et, en corollaire, l’émergence de nouveaux marchés de consommation.
Cela fut une formidable opportunité pour le mode de production capitaliste durant tout le 20ème siècle car les marchés furent en constante augmentation et permirent de palier les tendances néfastes en germe dans l’« end bottom line ».
Seulement voilà : cette fameuse « end bottom line » conserve sa logique propre, qui est, pour chaque entreprise, de diminuer la masse salariale. Ne pouvant employer des salariés payés en dessous d’une limite fixée par la loi, toute entreprise rivée à sa « end bottom line » est amenée, dès que l’opportunité lui en est donnée, à délocaliser sa production là ou les salaires sont bien plus bas et attractifs.
La dérégulation mondiale, un des aspects de la mondialisation, va changer la donne en permettant aux entreprises qui en ont les moyens de délocaliser.
Chaque entreprise ne peut considérer individuellement l’intérêt général, y compris pour son propre intérêt social, ce qui devrait logiquement la conduire à conserver un niveau d’emploi et de salaire élevé afin de maintenir des marchés.
Si « Intérêt général » n’est pas un poste dans un bilan, « masse salariale » figure au premier plan dans la colonne passif. Chaque entreprise va travailler à diminuer l’importance de ce poste en délocalisant et en important massivement une main d’œuvre étrangère pouvant accepter de très bas planchers de salaires quand cette délocalisation est impossible comme dans les travaux publics.
Les délocalisations massives d’entreprises occidentales en Chine attirées par les bas salaires et accompagnées de monumentaux investissements ont fait de ce pays qualifié de « communiste » la première puissance industrielle du globe. Le « manager » d’une entreprise ne dirige jamais en fonction d’une idéologie politique, encore moins d’une religion, celles-ci ne figurant pas dans la colonne passif ou actif du bilan.
Ce faisant cette fameuse « end bottom line » contribue à scier la branche sur laquelle chaque entreprise est assise avec les peuples ou elle opère.
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Les conquètes sociales avec l’existance d’un puissant Parti Communiste ont préparé l’avènement des 30 glorieuses en augmentant le pouvoir d’achat des travailleurs avec en conséquence la promotion d’un capitalisme industriel devenu florissant.
- 2.4. … par l’abaissement du coût des matières premières
La recherche du coût le plus bas pour les matières premières a poussé un certain nombre d’entrepreneurs à s’aventurer hors des frontières nationales afin de s’accaparer les richesses de régions transformées en « colonies » et, par la suite, tenter de vendre aux habitants de ces régions, cher, les produits manufacturés avec ces mêmes matières premières.
Par exemple les Britanniques exploitaient le coton produit par l’Inde le transformait en tissus sur leur territoire et le revendait aux Indiens, c’est la raison pour laquelle Gandhi avait toujours un rouet et passait son temps à filer le coton pour protester contre ce type d’exploitation impérialiste des britanniques.
Le colonialisme et les prémisses de l’impérialisme sont nés dés le 17ème siècle avec l’émergence des fameuses Compagnies des Indes de pays occidentaux.
Cette action coloniale ne pouvait se réaliser sans la puissance régalienne des États, notamment des forces militaires, une alliance intérêts privés moyens/publics a été alors scellée très tôt. À cette alliance colonialiste se sont greffés des moyens financiers privés bancaires afin de lever les importants capitaux nécessaires à l’exploitation et la vente sur les marchés occidentaux des matières premières.
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Gandhi filant le coton en signe de protestation.
- 2.5. … par l’abandon de l’industrie et la financiarisation du capitalisme
L’exploitation des matières premières, appelées « commodities », et leur vente sur des marchés boursiers occidentaux avec fluctuation des cours en fonction de l’offre et de la demande a demandé la levée d’importants capitaux rapidement devenus spéculatifs. En effet il convenait souvent de surseoir à la vente d’une cargaison par exemple de coton, en attendant que les prix montent. Il fallait donc pour les capitalistes disposer d’importants moyens financiers pour attendre le meilleur prix de vente et faire des bénéfices d’autant plus importants que la cargaison ou le stock était volumineux et la mise de fond importante.
Ainsi naquit la spéculation haussière sur les matières premières, mode d’accumulation du capital qui a pris de l’importance au cours des 18 et 19ème siècle et qui, nous le voyons maintenant, est devenue la principale source d’accumulation du capital dans les pays occidentaux.
Aujourd’hui cette spéculation haussière se traite en salle dites de marché ou « platforms » qui ne voient jamais la moindre marchandise, et dans lesquelles tout se traite électroniquement à la vitesse électronique : des robots informatiques achètent et vendent, achètent et vendent, contribuant à une hausse incessante des prix.
On voit maintenant que la hausse incessante du coût des matières premières par spéculation haussière alourdit finalement la colonne passif des bilans au lieu de l’alléger et rend la fabrication de marchandises encore moins intéressante pour accumuler du capital.

On peut constater maintenant :

L’accumulation de capital, de nos jours, par la production de marchandises manufacturées est, dans les pays occidentaux, largement grevée par les hauts salaires et les lois sociales. Le taux de profit y est devenu trop faible, la tendance décrite par Marx arrive vers zéro.
L’industrie ayant fait jadis la prospérité des pays de l’Europe occidentale et des USA quitte ces pays pour l’Extrême-Orient et surtout la Chine qui offre des bas salaires, peu de lois sociales et une main d’œuvre docile à l’exploitation.
En conséquence les populations des pays occidentaux s’appauvrissent, et la paupérisation de ces populations décrite par Marx, un moment interrompue, reprend avec, en corollaire, la diminution du marché représenté par ces pays.
Les lois tendancielles affectant la production de marchandises décrites par Marx vont s’appliquer à la Chine de la même manière.

Spéculation haussière

La spéculation haussière sur le coût des matières premières est devenue la principale source d’accumulation du capital. Les investissements quittent l’industrie manufacturière dans les pays occidentaux pour les « merchant account » des salles de marchés.
Le rendement d’un « merchant account » d’une «  platform » peut être de 10 % par mois ; on est très loin de l’industrie où les bonnes performances se situent aux alentours de 5 % par an.
Cependant, la spéculation toujours haussière sur le coût des matières premières n’est pas simple à organiser. La loi de l’offre et de la demande est insuffisante pour générer les immenses profits actuels.
On comprend que pour organiser cette hausse continuelle il faut plus acheter que vendre ; en conséquence la disponibilité de matières premières réelles ne suffit pas ; il devient nécessaire de fabriquer des matières premières virtuelles, ou matières « premières papier » possédant la même valeur reconnue que les véritables. On arrive à cette situation où le volume des matières premières traitées en salle de marché est largement supérieur aux stocks réels disponibles
Cette spéculation demande la disponibilité de capitaux toujours plus importants. Le volume de ces capitaux nécessaires dépasse le volume de la création monétaire habituelle traditionnellement gagée sur l’or.À partir des accords de Bretton Wood en 1945 toutes les monnaies ont été gagées sur le dollar ; seule la réserve fédérale US possédait en effet le stock d’or nécessaire pour gager sa monnaie.
Le dollar des USA est devenu, en conséquence des accords de Bretton Wood, la seule monnaie utilisée en spéculation haussière sur les matières premières, donc la seule monnaie bénéficiaire de cette spéculation, ce qui la maintient à un niveau élevé.
Il a fallu drainer vers le dollar et les salles de marché de grandes quantités de capitaux ; cela a été accompli avec l’organisation de l’endettement des riches pays occidentaux solvables et ceux de l’OCDE comme le Japon. En Europe, l’organisation de l’endettement est dévolue à l’Union Européenne et à sa monnaie unique privatisée l’Euro [3].
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Les transactions bancaires d’achat et de vente de pétrole en dollar représentent à elles seules la moitié des transferts de capitaux.
La génération de gros profit par spéculation haussière sur les matières premières nécessite d’acheter ces produits aux prix les plus bas possibles même quand les cours sont élevés. Les matières premières ne s’achètent jamais au cours du jour aux producteurs, mais avec un discount sur ce cours. Il est donc nécessaire pour les compagnies occidentales notamment pétrolières que ce discount soit le plus important possible, il est donc nécessaire de faire pression sur les nations productrices voire d’en prendre le contrôle pour minimiser voire supprimer les redevances qui leur sont dues.
C’est ce qui conduit le grand capitalisme financier à supporter les idéologies mathusiennes de décroissance car selon lui :
« La finance est l’industrie de demain car elle n’utilise pas de ressources naturelles de manière intensive  », telle est l’utopie évoquée par M. Bryan Scott-Quinn responsable du programme d’étude bancaire britannique [4].
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Maintenant pour accumuler du capital, c’est la salle de marché plutôt que l’usine.

Conclusion

On voit à quoi conduit la logique intrinsèque de la « end bottom line ».
- 1. À l’abandon de la marchandise comme moyen d’accumulation du capital.
- 2. À laisser produire des marchandises de faible valeur à des nations où le niveau de vie des producteurs est faible (Chine).
- 3. À reporter l’accumulation du capital sur ce qui est rentable encore, la spéculation haussière sur les matières premières.

Les profits des négociants de matières premières dépassent ceux des banques

En conséquence.
- 1. Les nations occidentales s’appauvrissent rapidement et le marché qu’elles représentent va s’éteindre.
- 2. Le coût des matières premières ne cesse d’augmenter accélérant le processus néfaste de baisse du taux de profit et donc de la paupérisation.
- 3. La hausse continuelle des matières premières conduit à une inflation du montant des capitaux virtuels non gagés sur une richesse quelconque et au gonflement d’une bulle financière qui ne pourra qu’éclater comme cela s’est déjà produit en 2008, mais ce n’était là qu’un avertissement.
- 4. Une petite oligarchie anglo-saxonne disposant seule du dollar, des salles de marché et des banques est devenue la seule bénéficiaire du nouveau système d’accumulation du capital par spéculation haussière.
- 5. En disposant des moyens régaliens des USA, cette oligarchie financière est conduite à imposer sa volonté aux États, quitte à recourir à la plus extrême violence, en accélérant leur exploitation, soit par la dette pour les pays occidentaux encore riches, soit par la prédation sur les matières premières pour les pays producteurs dits « en voie de développement ».
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Ainsi fonctionne l’impérialisme, stade suprême du capitalisme.
Ceux qui pensent voir dans ce système une quelconque communauté ou un quelconque complot ne servent qu’à détourner l’attention des peuples des véritables problèmes et d’empêcher de les résoudre comme ce fut le cas après la révolution bolchevique en Russie avec l’avènement du fascisme.
Le capitalisme en tant que mode de production est-il amendable ?
Ce système en crise grave aujourd’hui a pourtant permis un formidable essor des forces productives et des niveaux de vie par la multiplication des initiatives, alors que le socialisme soviétique peinait à susciter ce développement. Le système capitaliste en fut capable quand il était encore sous le contrôle de chaque nation et de ses lois qui le contraignaient dans ses aspects positifs et bridaient ses aspects destructeurs.
Cette dérégulation par l’affaissement des nations favorisées par les campagnes médiatiques et les politiciens corrompus a brutalement accéléré la dégénérescence du système principalement à partir des années 80.
Il ne peut y avoir de solution sans commencer par rétablir des lois nationales et des frontières afin de favoriser la production nationale pour la consommation nationale, sans que soit aussi respecté le droit international qui interdit l’ingérence.
Il est devenu nécessaire maintenant d’exiger le rétablissement d’une république véritable ou le peuple exercerait réellement la souveraineté afin que l’initiative économique reste au service de la nation.
Une nouvelle révolution française s’avère donc nécessaire.