jueves, 6 de octubre de 2011

El veto

El 4 de Octubre, China y Rusia vetaron una resolución de la ONU sobre Siria en la cual se le acusaba de extrema violencia contra las protestas pro-democráticas.

Una de las razones del veto, es que podría abrir otra vez una opción militar estilo Libia:



Aunque el gobierno sirio no sea de mi gusto, lo que está pasando en Libia justifica con creces que se pare cualquier tipo de movimiento en la ONU que pueda justificar que Siria pueda acabar como Libia o peor aún.

Se ha armado un revuelo tremendo contra China y Rusia por usar su derecho a veto en el consejo de seguridad, bajo el pretexto cínico de que están matando a civiles y un uso excesivo de la fuerza represora.
Como el tema de la represión y uso de la fuerza desmesurada no está en mi interés desarrollarlo en este post, solo puedo decir que lo que está ocurriendo en Libia bajo la cobertura de una resolución aprobada por el consejo de seguridad de la ONU (UNSC) es no sólo un uso desmesurado de la fuerza y ya no sólo contra militares, sino contra la población civil indefensa.
En Libia se están saltando todas las leyes y las normas que se supone que rigen y aplican a todos los estados, y que tan bien están definidas por la ONU.

Sobre el UNSC

The United Nations Security Council (UNSC) is one of the principal organs of the United Nations and is charged with the maintenance of international peace and security. Its powers, outlined in the United Nations Charter, include the establishment of peacekeeping operations, the establishment of international sanctions, and the authorization of military action. Its powers are exercised through United Nations Security Council resolutions.

El consejo de seguridad es uno de los principales órganos de las naciones unidas y está encargado del mantenimiento de la seguridad y paz internacional.
...incluye el establecimiento de operaciones de mantenimiento de la paz... sanciones internacionales...autorización de "acciones militares".

Pues yo creo que empezamos bien con esa definición. Resulta contradictorio que en su definición hablen  del mantenimiento de la paz y acciones militares. Es meter al zorro en el gallinero.

Si vis pacem, para bellum. 
 Si quieres la paz prepárate para la guerra. Dicho de otra forma, si eres fuerte militarmente te van a temer y probablemente no te ataquen.

Claro que los que mandan en el UNSC son 5, y por pura casualidad, son los primeros 5 ejércitos del mundo y fabricantes de armas y de sus municiones.

Sobre el derecho al veto

Francia, Inglaterra, China, Rusia (antes la URSS) y Estados unidos tienen derecho a veto.
Estos 5 países con su veto pueden tirar por la borda cualquier acción del UNSC aunque haya unanimidad.
El veto la invalida.
Este derecho exclusivo de esas 5 naciones ha sido miles de veces criticado por muchos países, órganos independientes e incluso dentro de la misma ONU. 
El derecho a veto normalmente ha sido usado por esos países para sus propios intereses.
Teniendo en cuenta que durante la guerra fría había dos bloques:
3 países de la OTAN ( USA, Francia e Inglaterra) y por otro lado la China comunista y la URSS, el UNSC ha sido prácticamente inútil para adoptar medidas justas y equitativas, porque si era bueno para unos , los otros se oponían.

Sobre las resoluciones del UNSC

Las resoluciones aprobadas desde la creación de las Naciones Unidas se pueden consultar aquí
Entre ellas hay una resolución, la 242, que nunca se ha aplicado( es una curiosidad entre tantas).
Hay muchas, muchisimas que no se ha aplicado, y que siguen en vigor.
Siguen en vigor porque resoluciones posteriores relativas al asunto, se "REAFIRMAN" en esa resolución adoptada, es decir, se basan en ella para seguir hablando del caso, ampliándolo si cabe e incidiendo en la actualidad.

Esas resoluciones han sido aprobadas y no han sido vetadas, por lo tanto son vigentes y aplicables. Es más: es exigible su aplicación.
Si reconocemos la ONU y su UNSC como organos internacionales legales y con, digamos, criterio y mandato internacionalmente reconocido por todos los miembros, lo lógico sería que las resoluciones se aplicaran SIEMPRE y en cualquier caso, dado que han sido aprobadas por los representantes de todos los países miembros.
PUES NO.
Las hay que se aplican, las hay que se aplican tarde, las hay que nunca se aplican, y las hay que se aplican inmediatamente, tan inmediatamente que parece que están hechas a medida y estaban coordinadas, preparadas.
Estas últimas son los casos más flagrantes y escandalosos, pues casi todas han acarreado "acciones militares".
Sólo como ejemplo mencionar la 1970 y 1973 que afectan a la invasión, bombardeo y derrocamiento del gobierno de un país soberano y miembro de las Naciones Unidas, Libia.

Se ve que la 1973 se basa en la 1970, como muchas otras:


Recalling its resolution 1970 (2011) of 26 February 2011,
Deploring the failure of the Libyan authorities to comply with resolution 1970 (2011)


Estas han sido de inmediata aplicación.


La redacción de estas resoluciones es un apartado que requiere explicación.
Cuando se plantea redactar una resolución, hay grupos de trabajo que se organizan, consultas, pulsos entre estados para saber hasta donde se puede "apretar", hasta donde se puede llegar para que se apruebe.
Por lo tanto, la redacción de esas resoluciones es un conglomerado de palábros que muchas veces pueden significar cualquier cosas, dado que la intención es tener un texto ambiguo, aunque consensuado, que permita a cualquiera hacer con el lo que quiera.


El cinismo relacionado con las resoluciones del UNSC

Cualquier persona se piensa que tanto las Naciones Unidas, como su UNSC son órganos independientes, legales, formales y velan por la paz y seguridad de todos los países del mundo, y por lo tanto no cabría queja ni duda de su integridad.
Pues bien eso no es así.
Nunca ha sido así, y me temo que nunca lo será.


Existe un doble rasero escandaloso con el tema de las resoluciones, su aplicación y su veto.


Estados Unidos ha ejercido su veto siempre que cualquier resolución a votar, con textos muy elaborados y rescritos mil veces, tuvieran algo que ver con Israel.

Explicar la causa palestina tampoco es ahora el momento, aunque mucho sepan de ella. Pues bien, cualquier resolución que tuviera algo que ver con los asentamientos, sería inmediatamente vetada por USA y aplaudida por Israel.
Demasiados ejemplos del veto de USA a cualquier resolución que afecte a Israel y la Palestina ocupada.
Y ese es un conflicto que lleva abierto casi ocho décadas. 
Sobre este caso, se han aprobado muchas resoluciones de la ONU, se han vetado muchas más, y nunca se ha aplicado ninguna.
El conflicto sigue y sigue, y cada vez con peor solución.


Para Israel, hay manga ancha siempre. Hagan lo que hagan cuentan con la bendición del veto americano.
En la guerra de 2006 contra el Líbano, hasta la Señora Rice tuvo las agallas de decir que no habría resolución hasta que Israel hubiese terminado su trabajo. Era el parto de un nuevo medio-oriente.

Para ver puro cinismo:











Ese cinismo, no es más que hay que tapar que en la ONU manda EEUU con la bendición y genuflexión europea.
La política exterior americana, viene avalada por la ONU. Y sino lo avala la ONU, se plantean una resolución. Y si no hay acuerdos previos para alcanzar unanimidad y evitar vetos, pues van por libre.
Lo que pasa que queda mejor hacer guerras y hacer lo que te interesa con el aval de muchos países, porque así son cómplices.

La prensa afína la OTAN, tilda el veto de China y Rusia de "infamia".
Un ejemplo muy claro del señor Bassets, jefazo en "El País", y mendigo de la OTAN.
LLama la atención que nunca ha criticado todo lo que se ha mencionado en este post: doble rasero, absolución de Israel de todo pecado, defensa a ultranza de los judíos y su lobby, el incumplimiento de las leyes que para palestinos, libios, sirios, irakies, afganos no aplican, pero sí para Israel.
Si vetar según este señor es infamia....



Doble e infame veto

Por:  06 de octubre de 2011
La superpotencia derrotada de la Guerra Fría y la superpotencia ascendente del siglo XXI han trazado una raya en la arena. Hasta aquí hemos llegado. El momento es dramático. Moscú y Pequín sacan pecho justo cuando Washington y Bruselas demuestran mayores dificultades para gobernarse, gobernar el mundo y rescatar a las economías occidentales del pozo. Es una demostración de la debilidad de unos y de la pujanza de los otros, un momento del desplazamiento de poder en el mundo, del que las revueltas árabes son el último y más espectacular avatar. Detrás de las superpotencias clásicas también sacan pecho las aspirantes, los emergentes: Brasil, India y Suráfrica. A costa de los sirios, que sufren lo indecible bajo la bota de un régimen criminal: 2.700 ciudadanos fallecidos en los seis meses de revuelta, millares de heridos, detenidos y torturados, decenas de miles de refugiados en Turquía, Líbano y Jordania.
La discusión y el debate en el Consejo de Seguridad sobre Siria ha sido la segunda vuelta, con resultado adverso, de las resoluciones sobre Libia, que permitieron la intervención área de la OTAN y el derrocamiento de Gadafi. Rusos y chinos han rechazado una aguada resolución largamente negociada por los europeos contra el régimen de Bachar el Asad, en la que ni siquiera se hablaba de sanciones y todo se limitaba a advertencias, reproches y buenos deseos.
Los argumentos de los rusos, que como es habitual son los que han llevado la voz cantante, son terribles y devastadores para los revolucionarios árabes que quieren deshacerse de los autócratas: simetría entre régimen y oposición, a la que también se responsabiliza de la violencia; exclusión abierta de cualquier intervención internacional; rechazo ya no a cualquier régimen de sanciones sino a las meras presiones; y reconducción de la acción internacional a las arcangélicas recomendaciones de diálogo y de reformas.
No hay hipocresía alguna, al contrario. En todo caso, cinismo. Es una exhibición de fuerza y una advertencia. La responsabilidad de proteger, consagrada por Naciones Unidas en 2005, recibe un duro revés después de aquel éxito inesperado en el caso de Libia. Regresan al galope los principios de no injerencia y de respeto a la soberanía nacional. Moscú y Pekín se sienten más que insatisfechos por la aplicación de las resoluciones contra el régimen de Gadafi. Sostienen que no se ha protegido a la población civil de los ataques del coronel sino que todo se ha hecho para cambiar el régimen. Por la cuenta que les trae como países violadores de los derechos humanos y sin escrúpulos a la hora de acudir a la fuerza, cortan por lo sano la posibilidad de una expansión del principio de la responsabilidad de proteger. Es también un recordatorio a Washington respecto a su reiterado uso del derecho de veto para defender al gobierno de un país como Israel, vecino y enemigo nada menos que de Siria, protegido y aliado histórico de Moscú desde los tiempos gélidos del mundo bipolar.
Rusia y China han utilizado el derecho de veto para frenar a los occidentales en Siria. Es un hito en la evolución de las revueltas árabes: las dos superpotencias han sacado el lápiz para marcar el mapa. Lo hizo ya anteriormente Arabia Saudí con su intervención armada en Bahrein. Europa y Estados Unidos, en un instante excepcional de acierto geopolítico, lo consiguieron también con los bombardeos de la OTAN en Libia.
No es frecuente el uso del derecho de veto conjuntamente por parte de dos países en el Consejo de Seguridad. Esta rara pareja lo ha utilizado en tres ocasiones nada gloriosas, que marcan una línea de conducta en defensa de las dictaduras y un inquietante sendero para el siglo XXI. En 2007, Rusia y China rechazaron una resolución que pedía el respeto de los derechos humanos y la liberación de los presos políticos, entre ellos de Aung San Suu Kyi, en Birmania; en 2008 evitaron un régimen de sanciones y el embargo de armas contra el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe; y ahora sortean cualquier apercibimiento a Siria por la represión desencadenada contra las protestas ciudadanas.
Brasil, Suráfrica e India no han querido dejar solos a chinos y rusos: situados junto a Estados Unidos y Europa, la votación hubiera arrojado doce votos a favor y dos en contra, con la abstención obligada de Líbano, suficiente para salvar a Assad pero con un alto precio simbólico para Rusia y China, que igual hubiera cambiado su voto. Los emergentes también esperan sacar su tajada geopolítica de los cambios y de la debilidad europea y estadounidense, y a la vez no enemistarse innecesariamente con los ganadores del envite. La infamia del veto doble ha llevado a Alemania, propensa a desmarcarse como si fuera un emergente más, a votar con Washington y los otros países europeos y dejar así un incongruente mensaje después de abstenerse en la resolución contra Gadafi. Europa es débil, pero al menos esta vez existe.