martes, 26 de junio de 2012

No pueden quebrar ni bancos ni autopistas

Se amplía el rescate español a los "fabricantes" de autopistas.
Nadie se cree los de los bancos, pero ahora hay otro club selecto de concesiones de autopistas que hay que salvar también.
Curiosamente, hablamos de grandes constructoras (FCC, Sacyr, OHL, etc...) que están íntimamente ligadas por diversas razones al sector bancario. Y además, tienen otras concesiones con los diversos gobiernos públicos ( parquímetros, recogida de basura y un largo etc) que no estaría mal que alguien pudiera arrojar luz sobre todo eso.

I. Escolar los resume muy bien:

No hay dinero para rescatar a las familias, a los parados, a los hipotecados, a los enfermos, a los ancianos… No hay dinero para nadie, pero siempre hay excepciones. No solo son sistémicos los bancos, a los que no se puede dejar caer, cueste lo que cueste. En este capitalismo de bingueros donde los beneficios son privados pero las pérdidas son públicas, tampoco pueden quebrar las concesionarias de autopistas. El Gobierno prepara un nuevo plan de rescate para estas ruinosas inversiones. Será el tercero en apenas unos años. En 2009 y en 2010 –con inusual consenso parlamentario– el Congreso aprobó sendos paquetes de ayudas millonarias para las autopistas. No fue suficiente y El País publica hoy que el Gobierno estudia cómo tapar con dinero de los contribuyentes ese enorme agujero: son 3.800 millones de euros.

¿Acaso no puede quebrar una autopista? Desde el Gobierno temen que, en caso de bancarrota, la Administración acabe en el juzgado y tenga que hacerse cargo en cualquier caso de la deuda. Hay argumentos legales para ello: las concesiones se hicieron sobre cálculos de tráficos que jamás se cumplieron, la ley del suelo de Aznar disparó los costes de expropiación de los terrenos y las cuentas, por tanto, jamás salieron. Puede que sea así, que no haya otra salida, pero no es un gran consuelo tener que elegir entre lo malo y lo peor. ¿Acaso las autopistas que generan más ingresos de lo esperado devuelven ese dinero a la Administración?

Con estos obscenos rescates se corrompe una de las reglas más elementales del capitalismo: que el que invierte tiene derecho a ganar porque se arriesga a perder su dinero. Nuestro capitalismo enfermo cada día se parece más a la física y a sus contradicciones. Las reglas que funcionan en las grandes estrellas no rigen igual para las partículas subatómicas. Si debes cien mil euros y no puedes pagar, tienes un gravísimo problema. Si debes mil millones, el problema es de otro.